miércoles, 14 de marzo de 2012

oneandonly

Nada me gustaba más que tu ración de sonrisa enamorada del norte pero la salud nos empezó a fallar y dejamos de echarle a la vida sal. Y también azúcar, que lo de ser románticos se nos murió en el tercer paseo al acantilado. Estabamos poco hechos en lo de querernos y se nos había pasado el arroz para tener la ilusión del primer amor. Acabamos siendo las sobras de un menú del día congelado. Me quedé con hambre de nosotros hasta que abriendo la nevera un día se me cayó un jarro de agua fría encima y vi que yo no quiero medias naranjas ni una palmera en forma de corazón. Quiero algo sencillo y sobre todo real, con una guarnición a mi filete me sobra, algo que no me atragante a las tres promesas y media.


Madness and drugs

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