domingo, 25 de noviembre de 2012

The truth about love.


Yo no creo en el amor. El amor romántico es un engaño. Desde pequeños nos enseñan cómo y cuando amar, cuidar y querer y si aprendemos a hacerlo es tarde y mal. He creído durante años que el amor de mi vida me recogería en la puerta de mi casa y el paseo terminaría en el altar, con el perro y el piso esperando impacientes. Me he imaginado miles de veces bebiendo champán con un galán de mirada brillante, y lo único que ha brillado en mis experiencias amorosas ha sido algún par de lágrimas que se me escaparon. Creo que voy a empezar a creer en un amor paralelo, un amor propio de los de sal y limón. Ese que se nota los domingos despeinados y sin pintar y que te cala hasta los huesos. El que se bebe con cervezas baratas (que ya que estoy confesándome el champán no me gusta). Amor sin sexo, y no sexo sin amor. Amor de aquella amistad que parece que se iba para siempre pero un miércoles por la mañana vuelve para ser como siempre y como nunca. Amor que te sorprende pero que es siempre igual. El de no me quieras los lunes ni los sábados por la noche que no me dejas respirar y no me dejes nunca. Sin sentido y sin vergüenza.  Dejarme de teorías y ser más práctica que nunca. Quererse y querer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario