Hace tiempo vendió su sonrisa al diablo, y guardo su corazón debajo de la cama, la cama de aquel motel de carretera.
Se fue.
y no piensa volver a por él.
Desde aquí cada noche aun lo oye llorar, pero ya no le afectan sus latidos, ahora vive al ritmo que le marcan sus propios pasos sobre el asfalto.
sonrisasdeprimavera
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